martes, 16 de abril de 2013

PETICIÓN ESPECIAL

Me pidieron que escribiera algo distinto. Pensé con paciencia sobre qué podría ser. Los poemas no son mi fuerte, menos las canciones. Me dijeron que no hablara de sexo y accedí, fue una prueba, como si mi amable asesino cuestionara mi capacidad para escribir. Entonces, me enfrenté a él, le dije que puedo hacerlo sobre cualquier cosa mínimamente interesante, así que decidí escribir sobre mí.

Si quieres que algo salga bien, hazlo tú misma, en este caso, de ti misma. De repente, llega la pregunta obvia e insensata, "¿Quién soy?" Cómo describirse sin caer en momentos empalagosos de lástima con la propia existencia u orgullo por lo que hacemos bien. 

No lo sé. No lo descubrí, pero hablaré de mí...

No diré que soy un ángel, porque mis detractores me llamarían mentirosa, tampoco diré que soy un demonio para evitar que me griten engreída, entonces diré que soy lo que quieras. Soy una cantidad impensable de realidades ajenas, lo que tú crees, lo que dijeron de mí, lo que pensaste al verme. 
Lo que quieras creer para mi está bien.

Pero bueno, ahora sí, diré quién creo que soy.

Soy materia viva, hija de algunos que decidieron acostarse y permitir mi existencia de forma desconsiderada.

Soy el papel. La que escribe y en el fondo se cree interesante, la que gasta noches enteras escribiendo sobre ella y pensando en una forma novedosa de escribir sobre sexo, ay, lo siento, digo, de amor, sobre amor. 

Soy temor. A vivir, a morir, a ser feliz, a no ser suficiente o a que tú no seas suficiente, en la cama y en la vida, y también en el amor. Soy imperfecta. 

Cuerpo y mirada de proporciones inquietantes, sonrisa falsa, pensamientos ligeros y caminar siempre prevenido.

Soy canción. Letras tristes y fatales, que solo escuchan los que caminan demasiado lento o los que deciden quedarse dejando de lado su lucidez y astucia. 

Soy lágrimas, de esas que no se ven, las que seco con sonrisas o con tu almohada, esas, las mismas que solo dejo ver cuando el contenedor se rompe, cuando no existe otra opción más que dejarlas ser. 

Soy maquillaje, mentiras, farsas. Soy batallas. Soy la embustera, la decente y la inmoral. Soy un impulso, la emoción. 

Soy nada, nada que sobre o haga falta. Existo sin querer estar, estoy, queriendo dejar de existir. 

Soy tan simple como la realidad. Soy sexo de principio a fin, no por decisión sino por condición, yo solo lo digo, no lo guardo en el cajón del egoísmo, lo comparto. Soy la que no volverá a escribir sobre ella misma, porque le parece un ejercicio demasiado estúpido. Eso es justo lo que soy.


**A quien solicitó: Lo intenté solo por callarte, ahora sé que debí darte un beso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario