jueves, 28 de junio de 2012

EN TU CAMA…









La conversación es el punto inicial de nuestro encuentro, nos indica que una vez más lo hemos logrado, unimos el tiempo y el espacio disponible, sabemos que lo que viene después vale la pena, lo vale.  No hay nada sentimental en nuestra reunión, quizá eso la hace tan atractiva, la pasión, el deseo es la única razón, el motor, el que provoca que mi cuerpo pida el tuyo, con profundidad, casi necesitándolo. 

Nuestros labios toman la iniciativa, tu boca comienza a humedecer poco a poco mis labios, mi cuello, mientras mi vagina comienza a humedecer su zona señalada, tus manos comienzan a recorrer lentamente mi cuerpo, mis piernas, mis caderas, mis senos, que ahora se encuentran atrapados entre tus manos, me gusta, lo disfruto, mi cuerpo comienza a acalorarse a pedir resta de ropas y suma de intensidad.

Mi blusa ha desaparecido en la oscuridad, besas mi pecho con intensidad, puedo ver en tus movimientos, en tus besos lo mucho que te gustan, a ellos les gustas también. Ahora sé que también quiero algo que tocar, me deslizo por tu pecho, doy un paseo por tu espalda y regreso a tu ombligo, me deslizo un poco más y lo encuentro, húmedo, erecto, en su momento más viril del día, lo sujeto decidida,  mientras lo acaricio suavemente, exigiendo al tiempo la desnudez absoluta.

A este punto, ya lo hemos logrado, nuestros cuerpos desnudos, tú encima de mí, en la forma que más me agradas, completamente desnudo, no comienzo a pensar cuando comienzas a hacer un recorrido nuevo por mi cuerpo, esta vez llegas más lejos, unos centímetros debajo de mi ombligo, húmeda, deseosa y hasta un poco desesperada, ya puedo sentir tu boca, tu lengua recorriendo cada centímetro de esa piel, la humedad es casi irresistible, mi cuerpo, yo, te pido entrar, quiero tenerte dentro de mí, los movimientos inconclusos, rebeldes, exigentes y poco coordinados de mi cuerpo te lo piden.

Entras suavemente, poco a poco, sin mucho afán, puedo sentir cada movimiento, como entra, mi cuerpo se abre, se expone a ti, lo disfruta. Nos revolcamos sin miedos en un pedazo de colchón, buscando mil maneras de sentirnos más, mejor, en caso de que sea posible. Puedo sentir cada vez que entra, cada vez que sale, lo disfruto sin remordimientos, no existe nada alrededor, solo tú y yo, solo nuestros cuerpos.  Me concentro en el disfrute, no lo había sentido así antes, nunca, te busco en la oscuridad para verificar tu disfrute, puedo verlo en la expresión de tu cara, lo disfrutas como yo.  De repente, todo va más rápido y solo logra hacerlo más excitante, mi cuerpo también trabaja, solo muestra que él también lo desea intensamente, que le gusta, que me gusta.  

Llega el advertido final, y no solo estoy satisfecha, mi cuerpo solo necesitaría un par de minutos para desear más, pedir más. No sé si podré esperar hasta el próximo momento, quizá tenga que ilustrarlo en mi pensamiento mientras me tocó lentamente, aún así tú me humedecerás, tú en mi cabeza, y guardaré conmigo las ganas de estar nuevamente en tu cama.

4 comentarios:

  1. Lenguaje bien utilizado, directo pero a la vez sutil, y lo mejor es que es lo suficientemente descriptivo como para llevarte a imaginar la situación.

    ResponderEliminar
  2. Juli Desempolve mi blog para comentarte
    este tipo de textos para que tengan merito tienen que tener la capacidad de transportarte y recordate momentos asi en tu propia vida y eso lo cumple Totalmente... Ta inspirada la niña! Muy chevere tu texto!

    ResponderEliminar